lunes, 4 de septiembre de 2017

Te jodes


Soy una enredadera que empezó a palpar tus pies cuando moría de sed.
He trepado por tu cuerpo vivaz y sin control. Quiero convertirme en selva en tu cuello.

No quiero tu alma, no soy el diablo, quizás una bruja hechizada por tus encantos, esos que mantienes a buen recaudo pero que te hacen una persona muy valiosa para cualquiera que te conozca.

Quiero tus labios, beberme tu aliento, morderte la lengua, perderme en tu mirada mientras me penetras, sentir el vicio de tu sexo en mi sexo, tus manos marcando mi cuerpo, bailar al ritmo de una música que sólo tu y yo escuchamos, un "no me olvides" en la distancia...

No quiero ser un obstáculo pero si tenerte cerca, en tu cama y en la mía, en un bar, en las burbujas de una bebida compartida, en un parque, en la playa, la montaña, a cuatro y a dos ruedas, patas, el número ocho que no quieres meter.

Te echaré de menos tanto como el cuerpo me lo pida, te jodes, y me gustarás tal cual eres, te jodes.
Pero no pienses que por ello voy a perder la vida. Ya no tengo 15 años.

Seguiré con mis rutinas de igual modo que tu sigues las tuyas con la única diferencia de añorar tu roce en la ducha o cuando simplemente no estés.

A veces he pensado que te da miedo sentirme y otras que no hay más verdad, soy prescindible.

En cualquier caso no importa, aún menos cuando te tengo, te disfruto y te saboreo.
Eres el café de las mañanas, el psicólogo de las madrugadas, el amigo que sabe y escucha, el amante que me ha descubierto.

No temo sentir ni al dolor, no quiero hacerte daño y antes de perderte, te devolvería a tus aullidos solitarios a otra luna(te costará algo más hacer que esto pase), pero incluso entonces, seguiría pensando que todo valió la pena recordando cada conversación, cada paso de la lista que nunca terminaremos.

Un día desnudaste mi cuerpo y sin quererlo, liberaste un animal que llevaba dormido demasiado tiempo y ahora cual vampiro, te busca sediento.
Me has regalado algo que nunca sabrás devolviéndome la risa. Sólo estando ahí.
Deseo hacerte sentir tan feliz como me siento.

Follarte mejor de lo que ahora se, abrirme entera para ti, regalarte el placer entre mis piernas, en mis labios, superar las expectativas de tu controlada mente y provocarte un orgasmo imparable.
Que me digas y decirte "me encantas, me encantas demasiado" y correrme sabiendo que es verdad. 

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