Es difícil, por no decir imposible, no enamorarse de lo perfecto y bello. Es complicado resistirse a creerse cada palabra, cada frase que emana de tu boca cuando rompen con todo su calor mis congelados sentidos, esos que anhelaron los diálogos de película en la que se ha convertido mi vida y que tú vas soltando como si no te costara nada, como si el sentirlos no doliera.
Miedo de escribirte, cuando nunca antes me ha supuesto sacrificio alguno, por si te hago aún más especial con mis palabras y despierto de este sueño.
Odio quererte con toda esta intensidad. Podría ir a buscar mi corazón y regalártelo mientras aún late, despertarlo del letargo por ti pero sin abandonar mi oscuridad. Rómpelo. Rómpeme...
No temo al dolor, pero te temo a ti. A esa forma de mirarme y besarme como si el tiempo se nos acabara y tuviéramos que acelerar los pulsos para no perdernos ni un punto del guión de este romance. A la manera en que nos buscamos cada noche, queriendo ser muy deshinibida contigo, tu tu diosa en la cama, cosiéndonos la piel a mordiscos, sabes que me encanta apretar hasta que se te escapa un "puta", desear que seas egoista, haz lo que quieras pero dámelo, dámelo todo, ya sabes, mucho y muy fuerte. Sabes que sólo contigo ocurre la magia.
¿Y si me despierto y no estás? ¿Y si todo ha sido producto de un extraño coma? ¿Y si un día al hablar de ti con otras personas con desconcierto me llamaran loca? O igual de mal... ¿Y si me creo todo lo que me dices y confío y me fío y me dejo llevar y acabo en tu basura de personas a olvidar?
Me conozco, doy todo de mí en todas mis relaciones con el mundo, pongo toda mi pasión en las personas que me rodean y cuando enciendo la llama, nada me para, mientras sople el viento me acabaré convirtiendo en un tornado de fuego que arrasará con todo a su paso. Súcubo que agota el alma, absorve vida, tiempo, esfuerzo, mimo, sexo...
Requiero dedicación, no exijo más de lo que doy pero me da miedo que sucumbas al cansancio y que tu tenacidad se acomode a la rutina de verme y mis ojos sean sólo cabezas de alfiler, mi cara un recuerdo lejano de algo que fue bonito y se agrietó, mi centro un charquito de consuelo, mi pecho protuberancias anatómicas femeninas, mi boca un pozo de amargura, mis tonterías, bromas, mi temperamento tempestuoso y mis caprichos sean un motivo para crispar tus nervios y encaminar tu disgusto y mi alma un lugar que no quieras volver a visitar. La vida sea gris y árida y las conversaciones estériles, silencios donde antes bullían las palabras, el te quiero se convierta en una fórmula de cortesía y mi espalda una tabla donde clavar puñales.
Tengo miedo de perderme contigo para después perderte a ti y a la vez quiero dártelo todo, quiero ser aire revolviendo tus cabellos, tus sueños, tus ideas, quiero impulsar tus alas, que seamos libres, que volemos lejos y saltemos al vacío de la mano y elevar tu adrenalina, divertirnos en todas partes hasta estando quietos, reírnos porque sí, a carcajadas, ser geniales y seguir rompiendo la pana como ya lo hacemos, quiero llamar tu atención constantemente, contenerte, hablar hasta que se nos gaste la voz, besar hasta que duela la lengua, mezclarnos hasta crear nuestro propio olor, pensar en un futuro contigo, hacer planes sabiendo por primera vez que son una realidad futura y no un esbozo que se desdibuja al tiempo que se traza, quiero ser la mujer de tu vida y darte motivos para que lo sientas, abrirme para ti en cuerpo y alma, sin secretos ni mentiras, vivir el sueño y si me despierto tener la conciencia tranquila por haberlo disfrutado al máximo...
Y a pesar de todo el miedo no voy a dejar que se interponga en mi camino y por mucho que llore tus ausencias y ansíe tus presencias, siento como me fortalezco y me crezco en esta adversidad. Se que puedo darle la vuelta a tu mundo y hacerte enloquecer conmigo y ese es mi próximo objetivo. Cuando acabe contigo no vas a poder dormir sin mi aliento en tu cuello ni mi cuerpo desnudo pegado al tuyo. Voy a volverte loco. Voy a hacerte mío y sólo para mí. Más vale que puedas soportarlo pequeño, tienes canija para rato.
jueves, 12 de abril de 2018
sábado, 2 de diciembre de 2017
Podría
Podrían perderse para siempre las cosas que no te digo por miedo a que me escuches, así que, simplemente, susurraré mientras haces como que duermes. Porque de alguna forma, siento que si se pierden, te pierdo y entonces volvería al rincón de las cosas olvidadas y no me importaría si ese rincón no fuera parte de ti.
Podría seguir pidiéndole deseos a la luna sabiendo que no van a cumplirse a menos que yo me convierta en luna y los persiga hasta hacerlos realidad pero entonces seguiría viviendo el cuento de tenerte sólo en los silencios de las tardes fugadas.
Podría hacer tanto y hago tan poco que no dejo de preguntarme los por qués y los cómo ante tu mirada escondida tras los párpados cerrados, en cada pestañeo leo en morse mensajes que no existen ni son ni ton.
Podría contar estrellas y mantenerme despierta para oírlas brillar, sentir que las cuentas conmigo mientras las palabras se pierden, la luna es nueva y tus ojos callan.
Podría seguir pidiéndole deseos a la luna sabiendo que no van a cumplirse a menos que yo me convierta en luna y los persiga hasta hacerlos realidad pero entonces seguiría viviendo el cuento de tenerte sólo en los silencios de las tardes fugadas.
Podría hacer tanto y hago tan poco que no dejo de preguntarme los por qués y los cómo ante tu mirada escondida tras los párpados cerrados, en cada pestañeo leo en morse mensajes que no existen ni son ni ton.
Podría contar estrellas y mantenerme despierta para oírlas brillar, sentir que las cuentas conmigo mientras las palabras se pierden, la luna es nueva y tus ojos callan.
viernes, 10 de noviembre de 2017
Pain game
Sometimes,
sorrow comes to get you, shakes your hand as a friend and drowns you into the
bottom of a swamp. What a funny expression in your eyes. Surprised? Don't think
so, you two already know each other.
Sometimes, you play this awful game with yourself, trying to be your own hero but your true intention is to die, you knew you were going to lose since the beginning.
Sometimes, when you feel you don't have a heart anymore, you can feel something breaking. May be your soul, may be your mind, may be a memory.
Sometimes, the sadness goes and decides to stay into your eyes and no matter how bright it is outside, you can only see shadows.
Sometimes, your dreams become dark but you are not afraid of them, you just feel nothing, an empty body that walks, smiles and does. It seems so natural but you are so dead.
Sometimes, you are strong but you surrender to weakness, almost enjoying the loneliness in the nightmare of the wasted time.
Sometimes, you want to abandon this world for a long second and fly out of reality, leaving everything behind, just escaping from...
Sometimes, the pain is so great that drains you. No more tears while crying,
sometimes no more cry, just a broken face.
.
martes, 7 de noviembre de 2017
En paralelo
La
cubierta de un oxidado barco a la deriva en un pantano.
Regresar a ese momento una y mil veces, semana tras semana. Mismo lugar, tiempo distinto y nuestros latidos en desacompasado eco. Y sin embargo se escuchan. Y sin embargo...
En una especie de sueño agridulce creí que me entregaba a ti y tú a mi y el mundo era líquido. Se nos escapaba entre las horas y el placer. Se que tú también lo creíste.
Fuimos de alguna forma uno y cedimos al dolor. Un dolor al que no queríamos renunciar en aquel agujero del espacio tiempo.
El universo es extraño y misterioso. Todo quedó en un momento.
¿Me buscarás? ¿Me recordarás? No se por qué yo aún lo intentaba.
Hacía semanas que acallaste el motor. Quizás porque susurré una canción la noche que la fiebre no te dejó dormir. Quizás porque ya no querías rumbo que seguir.
Día tras día el silencio cosido en nuestros labios, tu soledad trenzada a la mía, aún si sólo yo te miro y sólo tú me ignoras. Aún sin rozarnos, sin vernos, aún viviendo en paralelo, sentirnos de alguna forma nos hacía olvidar que estábamos solos.
Me aferraba a la barandilla de blanco pelado mientras oteaba con miedo el fondo.
Tus manos en paralelo a las mías, un abrazo en el que nunca nos tocamos, en el que mi espalda presentía tu pecho.
Sólo yo te miraba, sólo tú me ignorabas.
El barco golpeó una roca y la barandilla cedió.
Caí a las oscuras aguas.
Quise nadar, pero sencillamente no pude.
No me quedaban fuerzas para tratar de salir a la superficie, para buscarte.
Mis manos rozaron la luz, mis ojos se inundaron y en mi último aliento grité tu nombre.
Entonces, miraste por encima de tu hombro. Te diste la vuelta.
Ahí estaba la barandilla, pero sin saber exactamente qué, echabas algo en falta y te dirigiste a ella.
Clavaste tus pupilas en el agua. Nada. Sólo aguas verdes teñidas de algas sombrías.
Mientras, mis brazos apuntaban al cielo.
Mientras, mi corazón dejaba de latir.
Mientras, me olvidabas.
La cubierta de un oxidado barco a la deriva en un pantano.
Sentir aún tu aliento en mi cuello. Súcubo que vela mis noches malditas.
Oí tu voz en mi locura. Juraría que devoré tu cuerpo.
El motor no me dejaba pensar. Interrumpía el silencio en el que te presientía.
Solo pero nunca solo. Un fantasma que no quería que dejara de visitarme. Aún sí sólo yo te deseo y sólo tú me esquivas.
No se por qué no dejaba de intuir el blanco gasa de tu vestido enredado en la vieja barandilla.
Me acercaba a intentar adivinar tus manos aferradas al frío metal. Quería ser el calor que te derritiera el alma. Oler tu pelo en la brisa. Envolverte y protegerte del atardecer.
Aún si sólo yo te deseo y sólo tú me esquivas.
Vine para hallar un rumbo perdido. Acabaste siendo tú.
Con un golpe seco salí del limbo. A veces, creía que me llamabas. Aturdido miraba a aquel punto fijo.
Aguas rancias dibujando sombras.
Decidí saltar a buscarte.
Cerré los ojos y no te vi. Tú tampoco me viste.
Y sin embargo te adivinaba.
Mientras, mis pulmones se llenaban intentando recordar tu nombre.
Mientras, mis ojos te dibujaban.
Mientras, te buscaba.
Regresar a ese momento una y mil veces, semana tras semana. Mismo lugar, tiempo distinto y nuestros latidos en desacompasado eco. Y sin embargo se escuchan. Y sin embargo...
En una especie de sueño agridulce creí que me entregaba a ti y tú a mi y el mundo era líquido. Se nos escapaba entre las horas y el placer. Se que tú también lo creíste.
Fuimos de alguna forma uno y cedimos al dolor. Un dolor al que no queríamos renunciar en aquel agujero del espacio tiempo.
El universo es extraño y misterioso. Todo quedó en un momento.
¿Me buscarás? ¿Me recordarás? No se por qué yo aún lo intentaba.
Hacía semanas que acallaste el motor. Quizás porque susurré una canción la noche que la fiebre no te dejó dormir. Quizás porque ya no querías rumbo que seguir.
Día tras día el silencio cosido en nuestros labios, tu soledad trenzada a la mía, aún si sólo yo te miro y sólo tú me ignoras. Aún sin rozarnos, sin vernos, aún viviendo en paralelo, sentirnos de alguna forma nos hacía olvidar que estábamos solos.
Me aferraba a la barandilla de blanco pelado mientras oteaba con miedo el fondo.
Tus manos en paralelo a las mías, un abrazo en el que nunca nos tocamos, en el que mi espalda presentía tu pecho.
Sólo yo te miraba, sólo tú me ignorabas.
El barco golpeó una roca y la barandilla cedió.
Caí a las oscuras aguas.
Quise nadar, pero sencillamente no pude.
No me quedaban fuerzas para tratar de salir a la superficie, para buscarte.
Mis manos rozaron la luz, mis ojos se inundaron y en mi último aliento grité tu nombre.
Entonces, miraste por encima de tu hombro. Te diste la vuelta.
Ahí estaba la barandilla, pero sin saber exactamente qué, echabas algo en falta y te dirigiste a ella.
Clavaste tus pupilas en el agua. Nada. Sólo aguas verdes teñidas de algas sombrías.
Mientras, mis brazos apuntaban al cielo.
Mientras, mi corazón dejaba de latir.
Mientras, me olvidabas.
La cubierta de un oxidado barco a la deriva en un pantano.
Sentir aún tu aliento en mi cuello. Súcubo que vela mis noches malditas.
Oí tu voz en mi locura. Juraría que devoré tu cuerpo.
El motor no me dejaba pensar. Interrumpía el silencio en el que te presientía.
Solo pero nunca solo. Un fantasma que no quería que dejara de visitarme. Aún sí sólo yo te deseo y sólo tú me esquivas.
No se por qué no dejaba de intuir el blanco gasa de tu vestido enredado en la vieja barandilla.
Me acercaba a intentar adivinar tus manos aferradas al frío metal. Quería ser el calor que te derritiera el alma. Oler tu pelo en la brisa. Envolverte y protegerte del atardecer.
Aún si sólo yo te deseo y sólo tú me esquivas.
Vine para hallar un rumbo perdido. Acabaste siendo tú.
Con un golpe seco salí del limbo. A veces, creía que me llamabas. Aturdido miraba a aquel punto fijo.
Aguas rancias dibujando sombras.
Decidí saltar a buscarte.
Cerré los ojos y no te vi. Tú tampoco me viste.
Y sin embargo te adivinaba.
Mientras, mis pulmones se llenaban intentando recordar tu nombre.
Mientras, mis ojos te dibujaban.
Mientras, te buscaba.
lunes, 18 de septiembre de 2017
Dormir, escribir, soñar
Los días son para vivir, las noches para dormir y mis madrugadas para escribir.
Nunca tengo noche suficiente para salir, reflexionar a golpe de boli, bailar en vertical y horizontal... Tanto por hacer...
Pero el cansancio va minando mis neuronas. Volveré a llegar tarde a trabajar.
Envidio a los que me rodean, capaces de cerrar los ojos y soñar sin importar lo que marque el minutero.
Esa habilidad para ignorar el mundo, hacer oídos sordos a sus pensamientos.
Más que palabras, para ellos son nanas mudas que no decoloran sus quimeras.
Para mi son diablillos que hacen travesuras en el subconsciente destiñendo a blanco y negro las irrealidades que deseo inventar.
Envidio su calmada respiración cuando la mía se entrecorta en este baile maldito a toda marcha, su quietud en la postura relajada mientras mi cama y mi cuerpo pelean en el ring nocturno.
El placer del buen dormir humedece sus almohadas de la saliva emanada. Mi pobre almohada sólo bebe del sudor de la intranquilidad.
Coitus interruptus.
Cuando a merced del agotamiento empiezan a pesar por fin los párpados, la pesadilla se desata y no hay voz que salga de mi garganta ni persona a la que me pueda agarrar y evitar el desplome. Despierta otra vez.
Envidio su descanso y siento pena al mismo tiempo porque bajo toda esa tormenta, la insomne escritora renace y aunque no sueñe escribo mis sueños, de modo que al alba, nunca me olvido de ellos y al leerlos, sea la hora que sea que marque el minutero, vuelvo a soñar.
Nunca tengo noche suficiente para salir, reflexionar a golpe de boli, bailar en vertical y horizontal... Tanto por hacer...
Pero el cansancio va minando mis neuronas. Volveré a llegar tarde a trabajar.
Envidio a los que me rodean, capaces de cerrar los ojos y soñar sin importar lo que marque el minutero.
Esa habilidad para ignorar el mundo, hacer oídos sordos a sus pensamientos.
Más que palabras, para ellos son nanas mudas que no decoloran sus quimeras.
Para mi son diablillos que hacen travesuras en el subconsciente destiñendo a blanco y negro las irrealidades que deseo inventar.
Envidio su calmada respiración cuando la mía se entrecorta en este baile maldito a toda marcha, su quietud en la postura relajada mientras mi cama y mi cuerpo pelean en el ring nocturno.
El placer del buen dormir humedece sus almohadas de la saliva emanada. Mi pobre almohada sólo bebe del sudor de la intranquilidad.
Coitus interruptus.
Cuando a merced del agotamiento empiezan a pesar por fin los párpados, la pesadilla se desata y no hay voz que salga de mi garganta ni persona a la que me pueda agarrar y evitar el desplome. Despierta otra vez.
Envidio su descanso y siento pena al mismo tiempo porque bajo toda esa tormenta, la insomne escritora renace y aunque no sueñe escribo mis sueños, de modo que al alba, nunca me olvido de ellos y al leerlos, sea la hora que sea que marque el minutero, vuelvo a soñar.
I am... I should be. I will be
They tell me that I have inside what I'm looking for.
I don't even know if I'm looking for something or if I ever did, but whatever it is, everything is dark.
The lights went out, I didn't pay the bill and they cut it off.
Listen.
Strong, bad, red, black, arrogant, mean, sexy, rogue...
I should be that one.
The soft me works inspiring tenderness and I'm going to continue using it at my whim but I must take out the badass I have kept and learn how to submit it to my personal enjoyment.
I will make them kneel before me, in the innocence and indecency.
I'm going to turn the world crazy as I become crazy, take it to my hell while I point to heaven and later chain and whip it, free it and its masochist stocolm syndrome will be so intense that it's coming back to me on its own to drown into the rough sea of my emotions.
A roller coaster that derails, the terror tunnel of which you get out with the laugh of the adrenaline.
Salt of sugar.
Sugar of salt.
Spacy.
Soft.
Intense.
Untamed.
Quiet.
Wild.
I don't even know if I'm looking for something or if I ever did, but whatever it is, everything is dark.
The lights went out, I didn't pay the bill and they cut it off.
Listen.
Strong, bad, red, black, arrogant, mean, sexy, rogue...
I should be that one.
The soft me works inspiring tenderness and I'm going to continue using it at my whim but I must take out the badass I have kept and learn how to submit it to my personal enjoyment.
I will make them kneel before me, in the innocence and indecency.
I'm going to turn the world crazy as I become crazy, take it to my hell while I point to heaven and later chain and whip it, free it and its masochist stocolm syndrome will be so intense that it's coming back to me on its own to drown into the rough sea of my emotions.
A roller coaster that derails, the terror tunnel of which you get out with the laugh of the adrenaline.
Salt of sugar.
Sugar of salt.
Spacy.
Soft.
Intense.
Untamed.
Quiet.
Wild.
jueves, 7 de septiembre de 2017
Frente al mar cavilo
Llevo horas frente al horizonte de mi libreta, es un horizonte inmenso de páginas que me llaman a ser escritas, rotas, arrancadas, rayadas, violadas con palabras de dolor, acariciadas con las de felicidad, engañadas con metáforas, volverlas locas con contradicciones y locuras.
El atardecer me ha sorprendido escribiendo.
Sentada sobre la fina arena, bañando mis pies en microscópicas aguas movedizas entre los dedos, meciéndome al compás de unas olas que rompen con suavidad el final de agosto.
Mis manos tiritan de puro nervio, los recuerdos se amontonan, las palabras corren, la tinta se ha convertido en garabato al galope de las emociones que susurran los pedazos de mi corazón. Ese mismo que a veces pensábamos que no tenía. Desde luego, fue insuficiente para los dos, ninguno llegamos a poseer ni la tercera parte de él.
No se querer. No se quererme. No supe quererte.
Tengo un nudo en las tripas que ha decidido alimentarse de mi alma y consume mis noches. Un nudo que no se cansa de retorcerme. Pero yo soy más dura. Soy un diamante. La fragilidad de esta mujer necesita mucho más para romperse.
Este pulso lo gano yo.
Es una lucha contra mi misma.
Ya no somos nosotros, ya soy sólo yo.
Como el mimbre de Marea, me doblaré antes de partirme, me forraré el pecho con un colchón y le haré el amor a la soledad.
Aprenderé a quererme.
El atardecer me ha sorprendido escribiendo.
Sentada sobre la fina arena, bañando mis pies en microscópicas aguas movedizas entre los dedos, meciéndome al compás de unas olas que rompen con suavidad el final de agosto.
Mis manos tiritan de puro nervio, los recuerdos se amontonan, las palabras corren, la tinta se ha convertido en garabato al galope de las emociones que susurran los pedazos de mi corazón. Ese mismo que a veces pensábamos que no tenía. Desde luego, fue insuficiente para los dos, ninguno llegamos a poseer ni la tercera parte de él.
No se querer. No se quererme. No supe quererte.
Tengo un nudo en las tripas que ha decidido alimentarse de mi alma y consume mis noches. Un nudo que no se cansa de retorcerme. Pero yo soy más dura. Soy un diamante. La fragilidad de esta mujer necesita mucho más para romperse.
Este pulso lo gano yo.
Es una lucha contra mi misma.
Ya no somos nosotros, ya soy sólo yo.
Como el mimbre de Marea, me doblaré antes de partirme, me forraré el pecho con un colchón y le haré el amor a la soledad.
Aprenderé a quererme.
lunes, 4 de septiembre de 2017
Te jodes
Soy una enredadera que empezó a palpar tus pies cuando moría de sed.
He trepado por tu cuerpo vivaz y sin control. Quiero convertirme en selva en tu cuello.
No quiero tu alma, no soy el diablo, quizás una bruja hechizada por tus encantos, esos que mantienes a buen recaudo pero que te hacen una persona muy valiosa para cualquiera que te conozca.
Quiero tus labios, beberme tu aliento, morderte la lengua, perderme en tu mirada mientras me penetras, sentir el vicio de tu sexo en mi sexo, tus manos marcando mi cuerpo, bailar al ritmo de una música que sólo tu y yo escuchamos, un "no me olvides" en la distancia...
No quiero ser un obstáculo pero si tenerte cerca, en tu cama y en la mía, en un bar, en las burbujas de una bebida compartida, en un parque, en la playa, la montaña, a cuatro y a dos ruedas, patas, el número ocho que no quieres meter.
Te echaré de menos tanto como el cuerpo me lo pida, te jodes, y me gustarás tal cual eres, te jodes.
Pero no pienses que por ello voy a perder la vida. Ya no tengo 15 años.
Seguiré con mis rutinas de igual modo que tu sigues las tuyas con la única diferencia de añorar tu roce en la ducha o cuando simplemente no estés.
A veces he pensado que te da miedo sentirme y otras que no hay más verdad, soy prescindible.
En cualquier caso no importa, aún menos cuando te tengo, te disfruto y te saboreo.
Eres el café de las mañanas, el psicólogo de las madrugadas, el amigo que sabe y escucha, el amante que me ha descubierto.
No temo sentir ni al dolor, no quiero hacerte daño y antes de perderte, te devolvería a tus aullidos solitarios a otra luna(te costará algo más hacer que esto pase), pero incluso entonces, seguiría pensando que todo valió la pena recordando cada conversación, cada paso de la lista que nunca terminaremos.
Un día desnudaste mi cuerpo y sin quererlo, liberaste un animal que llevaba dormido demasiado tiempo y ahora cual vampiro, te busca sediento.
Me has regalado algo que nunca sabrás devolviéndome la risa. Sólo estando ahí.
Deseo hacerte sentir tan feliz como me siento.
Follarte mejor de lo que ahora se, abrirme entera para ti, regalarte el placer entre mis piernas, en mis labios, superar las expectativas de tu controlada mente y provocarte un orgasmo imparable.
Que me digas y decirte "me encantas, me encantas demasiado" y correrme sabiendo que es verdad.
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