domingo, 21 de noviembre de 2010

Leyenda india

Cuenta una leyenda india, que allá en las praderas de la Ámerica profunda perdida en los miles ochocientos de los blancos años, los ancianos de la tribu, contaban a los pequeños en las noches más severas la historia del nacimiento de su tierra, su bosque y su cultura, transmitiendo así su fe incondicional en la propia naturaleza.
La madre Naturaleza, había creado en su seno el Lago de los Espíritus y el Bosque Protector.
En lo más alto del celeste, Luna y Sol controlaban los días, Aves del Trueno volaban con la tormenta bajo las alas y los Cuatro Vientos recorrían veloces estos lugares.
De las raíces de un árbol, madre Naturaleza, hizo brotar animales menores y mayores que vivirían en el Bosque, en sus troncos, sus copas y sus rocas.
Bisontes, águilas, conejos, pajarillos cantores y lobos, ratones y serpientes.
Un día, las Aves del Trueno, en su gozo al ver a estas criaturas, decidieron bajar con las estrellas y los rayos de sus ojos crearon en las ramas muertas el fuego.
Del fuego, saltaron chispas, llamaradas que galopando dieron nacimiento a un noble animal, capaz de golpear como un rayo, correr como el trueno y a la vista, tan bello como una estrella. El caballo.
Luna y Sol contemplaban con tal emoción que llovieron lágrimas de alegría y cada gota que tocaba el suelo, era recogida por un espíritu del Lago y convertida en planta, flor, fruto y vida.
Después llegó el hombre, dotado de la fuerza del animal que madre Naturaleza le brindaba en su nacimiento y así, nacieron los pueblos hermanos, encargados de proteger la tierra, venerar a los espíritus y convivir con los animales en perfecta armonía.


Inspirada en:
Pies negros  

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