lunes, 17 de octubre de 2011

El momento decisivo de la espada hundida

Una espada atravesaba el abdomen de un caballero.
Un novato aterrado empuñaba el arma temblorosa.
La sangre en hilos teñía el filo plata ante el ocaso.
Ni un grito ni un estruendo en la escena escabrosa.

Dos miradas insólitas se encuentran en el espacio,
se detienen en el tiempo y se clavan en silencio.
Dos almas en pena, una muerta, la otra viva, un poco,
dos niños en mitad de una batalla de locos.

La brisa mueves los cabellos sudados de cólera,
la lluvia se mezcla con las lágrimas sorprendidas,
el fragor intenso del atardecer rasga la piel a tiras,
un verano de infierno convertido en hoguera.

Las manos en el puñal, las manos en el filo herido,
la fuerza que se pierde, la fuerza que se tensa,
el principio de un asesino, el final en un suspiro,
el dolor de la primera vez, el olor de la sangre espesa.

Y cae de rodillas al suelo, moribundo, ido.
Cae de rodillas a su lado, perplejo, dolido.

Saca la plata de sus entrañas sin doloso grito.
Cae de bruces el soldado en terreno yermo.
Mira el torso rasgado del inherte cuerpo.
¿Quién soy? se pregunta, ¿por qué me siento yo también muerto?

lunes, 3 de octubre de 2011

Muñeca de trapo arrinconada

Marioneta...muñeca de trapo...juguete en sus manos...hilos que enganchan mi piel a tus dedos manejando mis zapatos en la dirección que te da la gana...
Ojos de plástico despintado, pelo trenzado de lana, un retal por sayo, sonrisa desdibujada, color barato en la cara...
Pies de madera, manos de algodón, girones en el cuerpo desgastado...
¡Estúpida expresión de inocente alegría! ¡Maldita la gracia de verme en un rincón de polvo y moho!
¡Maldita la hora en que aprendí a quererte y darte mi idiota sonrisa!
Muñeca tonta. Tonta muñeca.
¿A caso esperabas un final diferente para ti? Como tantas otras veces...
Grietas, todo lo que veo son las grietas por las que se coló el recuerdo de un juego inventado bajo la sombrilla.
Un invierno azul...gris...negro...casi opaco de calor...al menos, en este rincón.
Se me retuercen los hilos de agónica melancolía cuando te veo entrar sin mirarme un instante.
¡Mírame! ¡Mira lo que has hecho conmigo! Atrévete a ver tus malos remiendos, los agujeros de tus enganchones por tapar en mi pecho, bajo el sayo, bajo la triste mirada escenificada...
Si sólo fuera capaz de devolverte una de cada diez puntadas...
Gritaría si mi boca no fuera una mancha de rotulador...
Inútil...ser sin alma...ser inepto...despojo...
Eso es, eres el despojo de mi desestructurada memoria...
Si pudiera salir de este rincón, no serías nunca más nada...te olvidaría...y tu labor...tu condena...tú...morirías...
No se cómo...lo haré...cortaré mis hilos...no me importa si hubiera de cortar mis manos...cortaré a ras...
Despídete de tu muñeca porque ésta, a pesar de la vida, no volverá...y tú...y yo...descansaremos en paz.