miércoles, 23 de marzo de 2011

La cara oculta de tu Sol

La muerte de la ignorancia empieza cuando nace la curiosidad...
Curiosidad hambrienta que alimenta en pequeñas dosis y debora profundidades más allá del amor, la amistad, la intimidad ajena...Hambre de saber de más.

Qué me ocultas corazón, que me está descomponiendo el alma, el desespero de no saber, los celos del pasado desconocido, la duda de los miedos sin fundamentos.
Qué me ocultas que se me clava en la mente y me la desangra, vueltas bajo una farola con la bombilla rota, cristales que caen sobre mis párpados cansados.
Qué es lo que no me puedes ni me quieres contar, qué te da tanto miedo, qué te ruboriza, qué vacilas.
Lo peor, por qué no me confías tus fotografías en blanco y negro como yo compartí las propias.
No sabes lo angustiada que me hace sentir tentar que hay zonas de ti que siempre quedarán demasiado lejos de mis manos. Demasiado lejos, demasiadas zonas.
No te pido los secretos de una vida, no quiero confesiones íntimas, tan sólo poder conocerte, entenderte, tus maneras, tus reacciones, tu inaccesibilidad.
Te abres de boca, pero no de corazón y mientras, el mío, se quiebra un poco al intentar llegar Sol.
Eres un muro de ladrillos.
Quito una hilera.
Siempre aparece un muro mayor.
Cuánto sabes de mi y qué poquito se de ti.
Me está matando la curiosidad. Me está matando.

martes, 15 de marzo de 2011

El kaki : la historia de la gravedad

A la orilla de un río que se enrosaca como una sonrisa cogida con rulos crece un árbol cargado de frutos anaranjados, grandes, duros, fogosos.
Han copiado el color del sol desde la semilla y absorvido la dulzura de la Madre Tierra.
Cuenta una leyenda, que un joven que paseaba por allí teorizando sobre la gravedad, dióse cuenta de la ley no escrita sobre el tema cuando uno de estos frutos le fue a caer en la cabeza mientras descansaba a su sombra.
La fuerza de la gravedad...dolía.
Algunos, confusos con el extraño fruto, dijeron que fue una manzana pero en realidad, fue un kaki. Y no uno culaquiera, si no la variedad temprana de aquellos lares, el Caqui Persimón
.
Algunos creen que fue un tal Newton el descubridor de la teoría pero fue Pepet Nebot, muy conocido en la comarca de la Ribera Baixa como el Conta-Colps porque siempre que volvía de sus excursiones campestres contaba alguna historia de sus afortunados "accidentes".
Un día tropezó con una gran piedra semi oculta en el suelo, empezó a escarbar al ver unos extraños orificios en ella y encontró un fósil de dinosaurio, al cual pusieron en su honor, el nombre de Tyranosaurio "Pep".
Otro día, limpiando el pajar de su tío Pepet I, se le cayó encima una bala entera de paja, dentro de la cual había un objeto que le golpeó tan fuerte en la cabeza que se quedó inconsciente durante una hora. Al dspertar, se dio cuenta de que era un cuadro garabateado por un niño lo que le había caído encima, cuadro que regaló a su amigo el señor Thyssen.
Aquella tarde que le golpeó el caqui en la cabeza, fue al pueblo corriendo para contarles a sus paisanos los pensamientos que el porrazo liberó en su mente.
Todos se rieron.
-Quin colp t'has donat! Mira quines barbaritats que dius...Gravetat...
-Desde quan eres entés en aixó Pepet?
El caso es, que la voz de sus locuras teóricas fue corriendo de pueblo en pueblo, tanto corrió la voz, que incluso en cartas se llegó a comentar a los que emigraron al extranjero y debe ser que una tasca a las dos de la mañana, debió el tal Isaac oir la historia del kaki y la gravedad...Supongo que a faltade kakis, buenas son manzanas.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Lobos y Corderos: Cuando la amistad es carroña

Llegamos a este mundo en el seno de una tribu, compartimos nuestra vida con los miembros de otras tribus y así vamos buscando crear la propia.
Unos, son precursores, otros eslabones que venían enlazados a los precursores y otros van agregándose de forma anónima o por enlaces. 
Una cadena de acero en la que todos tenemos un papel pero en la que encontramos infiltrados de cristal fragmentado. Aquellos que serán destronados y se comportarán como principitos caprichosos de cuatro años y tratarán de recuperar el poder desde la división, desvirtuando todo aquello que la cadena es.
Por sus cojones.

Todos caemos en alguna trampa, alguna vez. 
¿Cuál es el precio de una persona? No, no me digas que hay personas que no se venden, no me digas que nadie tiene un precio y que la persona posee un valor incalculable...
Todos caemos ante un buen postor, no es necesario hablar de dinero para dejarse llevar.
Luego, están aquellos que se venden porque quieren, saben perfectamente lo que hacen y son capaces de apartar sus criterios por sentir calor alrededor.
Personas que han sufrido, que se ven solas mientras lo demás prosperan en distintas parcelas de sus vidas, les puede el miedo a estar consigo mismos, se emborrachan de influencias externas a ver cuál será la que más les convenga, miran de nuevo al mundo y se lanzan al mejor postor.
No sólo es miedo, soledad o necesidad, es la sensación de pertenecer a una tribu que cuidará de ti, te arropará.
Al menos, eso creen.
A veces, el carroñero se pone la piel de un carnero y acecha entre el gentío. 
Lobos, zorros, malheridos, inestables, carentes de respeto, listos, muy listos, ansían y temen a la vez a la tribu, descompensados emocionalmente, utilizan la palabra lustrosa con exceso y ánimo de lucro: el insulto elegante, la prepotencia y la verborrea al servicio de una bestia que no sabe si ser con o ser a secas.
No pueden estar solos tampoco demasiado acompañados y pasar tiempo con varios, supone el esfuerzo de aguantar sus tonterías y risas, juegan, fingen divertirse y cuando su mente se desborda entre tanta cara conocida y las carcajadas resuenan en su cabecita como balas rebotando en el acero, abren sus fauces y las deboran en gritos de silencio.
¡Ya está bien! ¡Sois unos críos!¡Os voy a dar una hostia como no pareis!
Las primeras amenazas son un triunfo...
Va, no, en serio (trata de arreglarlo, esto se le jode)
Y vuelven las gracietas, los chistes con tu pelo y tus manías, se reaviva el fuego. Esta vez las amenazas, ya no servirán de nada.
Lobos: Esos que se automarginan y aullan a la luna de los demás, esos que cubren con sus nubarrones de histérica incompresión, "Calimeros" agresivos de la vida que van sorbiendo los sesos de los abandonados con el nombre del Judas más egocéntrico y manipulador de éxito que se pueda olisquear arrastrando su mierda, ahogando en ella quien busca el consuelo fácil...Vender el alma al diablo en tiempo de ignoracia e inmadurez...¡Qué pena me dan!
Desgastados sociales, remendados a girones de decepción, sedientos de venganza contra un pasado que les marca en la soledad de una agenda llena de falsos nombres, arrasando los espejos en los que las tribus se miran, una foto de grupo que quiere destruir entre sus garras cuando no se ve en ellas...No porque no esté, se resiste a ser uno más, un polizón que pretende ocupar el puesto de capitán de navío, un desesperado que se enrabieta como un niño cuando no lleva la voz cantante y que nombra caballeros de su mesa redonda a los que le  hacen un favor para quedar bien con él/ella.
No hay más amigos que los que puedes comprar.
Son viejos muy apaleados.
La necesidad disfrazada de amistad. ¡Falsa amistad, qué bien funcionas! Algunas duran y duran y duran...necesidad de por vida, amistad eterna, amistad añeja de oscuro comienzo e incierto final.
Odio las medias tintas, tirar la piedra y esconder la mano, clavar puñales en la distancia y hacer como si nada en un cara a cara. ¡Cobardes!
Lobos, zorros:
Sólo tiene que fijarse detenidamente en los componentes de la tribu, algunos acabarán acercándose atraídos por su dura "sinceridad ", otros, cogidos de la mano, seguirán la voz que arrulla a la mayoría y unos pocos, serán omitidos por su propio peso, los reserva. Aquellos que son excluidos de las decisiones que les afectan, las charlas y novedades de la tribu pero que no pueden faltar en ciertas ocasiones de festividad. Por si las moscas, de respaldo ante un posible vacío.
Es una lástima que a unos se les de tan bien cazar y a otros tan bien caer.
Y mientras la tribu se convierte en manada, bebiendo sangre del mismo cáliz, dos o tres observan desde lejos a la jauría, simplemente crearán su propia tribu a la par que la primera cae en el declive.
Y los que se automarginan se convertirán en marginadores, consiguiendo sus antojos sin levantar sospechas.
Dejarán pasar su falta de respeto, la excusa él/ella "es así" convertirá cada desprecio en una característica que le hace único y con total simpleza perdonarán cada crítica ruinosa que se les haga...
Ha despertado en ellos excitación, les gusta, les atrae a cada golpe, los cobija del frío, los alimenta de galletas amargas sin miel y ellos se dejan llevar por la facilidad del pasar
Me pregunto hasta cuándo le durará el buen rollo.
Me conformaré pensando que nunca más podrán apoyar su mala educación autodenominándose "marginado" por la tribu.
Hay quien por rencor, realismo o complejidad, decide no ceder ante el insulto. Esos se marchan, no por su propio peso, sino por su propio pie.