No hay lugar alguno al que no pueda escapar con tan sólo pensarlo, imaginarlo, visualizar un campo en blanco en mi mente.
No hay un sólo recodo de camino que me quede por explorar en cada sueño auqnue al día siguiente la memoria me falle con lo que ha acontecido en él.
No hay una parte de mi cuerpo que no recuerde algo de alguien, a veces con el dolor de alguna cicatriz otras con la tierna mirada en risa.
No podía esperar a vivir la vida y quería correr más allá de mis fuerzas, más rápido que mis piernas, perder el control y la cabeza tratando de llegar al siguiente nivel, saltando de chiripa a cualquier adversario y sin embargo ahora, no puedo esperar a vivir la vida al paso que me toca, sea sola o con él, con vosotros o con otros nuevos pero caminar de forma firme y sin perder el buen compás que me permita disfrutar de una buena pelea para desafiar al contrario, saborear cada momento de victoria o derrota.
No puedo dejar de escribir porque mi mente nunca para de pensar y crear y soñar y mi manos en ese momento, decidirían morir antes que negarse a dejarse influenciar y volverse locas tecleando o delineando las letras de cada composición ya bien sea en prosa o escrita.
No puede dejar de hablar y opinar y de meter la pata o afirmar mi razón, no puedo abandonar una conversación sin ser sincera con lo que siento aunque acabe discutiendo, incluso peleando, no quiero que nadie se calle más de lo que lo haga yo.
No puede ecitar echar de menos a los seres que no tengo a mi lado, por tiempo finito o ilimitado, sitiendo que las llevo conmigo a cada momento en el recuerdo, como cuando no le veo y pienso en él para saciar la soledad de un momento aún sabiendo que no está lejos, que lo veo pronto, no puede dejar de querer.
No quiero meditar más de la cuenta las cosas que pasan, las que han pasado o las que pasarán pero siempre acabo con la cabeza enmarañada y la cama revuelta a las 5 de la mañana, con la cabeza en los pies y la colcha del revés.
No se mirar al perrito que duerme delante de mi sin despertarlo para incordiarlo un ratito mientras me aburro, sin sentir ternura y alegría por su forma de "guf, guf" durante su descanso, pasear tres veces al día juntos y tenerlo cobre mis piernas mientras veo la tele.
No se como tener más paciencia al volante, no sólo porque alguien se cruzó de mala manera, si no porque me gusta sentir el ritmo de los tres pedales a mis pies y conducir con la prisa de los horarios y los semáforos mientras canto sin pensarlo a viva voz, estén o no las ventanillas subidas.
No tengo fuerza de voluntad y se me van las caladas muertas en un cigarro silencioso y furtivo, la habitación sigue siendo la casa perfecta para el dios del caos y no dura más de dos días ordenada cuando me apremian las horas y se me apodera la pereza, la falta de ganas, el despiste de no saber verlo hasta que el enredo es mayúsculo.
No se como hacerlo para caer bien, caer mejor, no causar malos entendidos o serun poquito más mala, un poquito más buena, de vez en cuando alguien se acerca y se queda a mi lado y yo no soy capza de rechazar la oportunidad de ser útil y arrimar el hombro para romper el hielo con un chiste malo, un monólogo afortunado o simplemente de pañito de lágrimas.
Son muchas cosas las que no puedo dejar de hacer, más que nada, es que amo hacerlas.