miércoles, 26 de enero de 2011

La lluvia a ritmo de Beethoven

Gotas de lluvia acarician las teclas de un piano varado en la orilla de una playa trazada a pasos lentos, desfigurados con los besos del mar.
La suave melodía se deja arrastrar por la brisa mientras alguien susurra una nana vagamente recordada.
Claro de Luna. Sonata.

Una sombra ondea en la arena, sutil perfil de mujer, unas cuantas greñas despojadas de la trenza, los labios tibios, entreabiertos, encarnados.
Un cuerpo entre brumas de gasa blanca, acariciando con suavidad la piel, perfilando los senos, la cadera, los muslos y los hombros.
Tierna imagen.
A pocos metros se atisba otra silueta.
Pasos firmes que hacen crujir cada grano de arena bajo sus pies desnudos, la mirada difuminada con el fondo del mar, camisa ancha, desmayada en sus brazos.
La nana cesa.
La arena no suena.
Una mirada afortunada.
Ella huye, la lluvia acelera el ritmo y la melodía desaparece, las gotas golpean con la intensidad de la séptima sinfonía.

Hay un tímido corazón que da la impresión de ahogarse.
Hay un robusto corazón al galope.
Un grito, su nombre, la arena molida.
Las cuerdas del piano casi oxidadas saltan con las notas en la locura de la cuarta.

Blancas y negras se coordinan entre parones y cántaros de lluvia fresca.
Una sonrisa se ha dibujado bajo las greñas despojadas de la trenza, la timidez se transformó en picaresca y dos figuras juegan bajo la tormenta a buscarse entre las dunas y las rocas de la solitaria y estruendosa playa de Abril. Mientras, un piano se desquebraja en las manos de la lluvia a ritmo de Beethoven.

lunes, 3 de enero de 2011

Feliz Navidad

Recuerdo bien las noches buscando muñecos de chocolate colgados en el árbol, la luz que gu¡ira en cilíndrica forma para alumbrar la imagen de un río, los villancicos en torno al portal y la ilusión de acostarse sabiendo que no podrás dormir porque estás demasiado nerviosa imaginando qué habrá para ti...
Mantengo la ilusión en la memoria, pero ahora que soy mayor y consciente de la procedencia de esa magia ya extinta mi mensaje es un tanto diferente.
Os aconsejaré que dejeis por un momento de lado el dinero, las crisis, los bancos, los pensamientos en papel timbrado y dediqueis una parte de ese tiempo a pensar en aquellas cosas y personas que realmente son imprescindibles en vuestras vidas, esas que, con mejor o peor resultado, le dan sentido a lo que haceis.
Profundizad en todos esos sentimientos que os hacen sentir importantes y en todas las recompensas que os ha ido dando el destino, la gente, pensad en cuán gratificante sería actuar como espejo y devolver en la misma medida todo eso...
Ahí teneis la Navidad pagana de quien aleja su sentido del nacimiento de un niño.
Mirad una estrella, y aunque no creais, podreis reconocer, como lo hago yo, lo reconfortante que resulta saber que no hay noche sin estrellas, algo muy especial en estas fechas.
Abrid, compartid y dejaos llevar por la magia de una cena o una comida en una mesa en la que los comensales se conocen bien.

Feliz Navidad y Feliz 2011



PD: La ilusión también es importante, tú, por si acaso, compra un boleto.